Nomenclatura Vial

En los últimos años, la mayoría de las ciudades mexicanas han presentado un considerable crecimiento, caracterizado por una demanda cada vez mayor de servicios e infraestructura urbana que con frecuencia han sido superados por la realidad actual. Un caso claro son los sistemas de identificación de calles y vialidades que existen en los antiguos centros de las ciudades, que no han sido actualizados por décadas. 

Esto ha dado como resultado una alarmante situación con respecto a la manera en que funcionan los servicios urbanos. Sin un sistema de nomenclatura, ¿cómo puede una persona encontrar su camino en una ciudad que le es desconocida o que está creciendo cada vez más? ¿Cómo podemos dirigir ambulancias, servicios de bomberos o de seguridad? ¿Cómo puede enviarse un correo o mensaje a la casa de una persona? ¿Cómo pueden identificarse y localizarse las instalaciones y equipos urbanos?

En los casos en los que se ha intentado atender esta carencia, se ha hecho sin tomar en cuenta la función esencial de la nomenclatura –identificar el nombre de la vialidad– y descuidando requerimientos funcionales para dar respuesta a una actividad urbana cada vez más intensa y demandante. Vemos con alarmante frecuencia placas de nomenclatura entendidas como un recurso decorativo. Proliferan también anuncios comerciales disfrazados como placas de nomenclatura que alteran la función de la señal y demeritan notablemente el área destinada al nombre de la vialidad. En ambos casos con dimensiones, especificaciones, materiales y “diseños” que anulan los aspectos básicos de legibilidad y contraste, indispensables para transmitir el mensaje que soportan.

La presencia de nomenclatura urbana permite a las personas identificar el nombre de una vialidad, es decir, definir su ubicación por medio de un sistema de señales en las calles que indican consistentemente sus nombres. La dirección se define en relación con la calle.

Pero la nomenclatura urbana es más que tan solo una operación de señalización; es también una base indispensable para el ordenamiento urbano, y desde el punto de vista de imagen urbana, contribuyen a establecer en la mente de las personas una “sensación de sitio”.

Desde hace más de 15 años hemos diseñado programas de nomenclatura vial –casi siempre asociados a proyectos integrales de señalética urbana– concebidos a partir de criterios avanzados para garantizar su alta legibilidad, durabilidad y presencia. El resultado es que aportan una consistente sensación de orden y sistema. Nuestra cuidadosa elección de materiales, especificaciones y procesos ha permitido que aún los primeros ejercicios permanezcan prácticamente inalterados después de tantos años.